martes, 26 de febrero de 2008

La escuela convertida en Cine













Por la tarde, en grupos, se sale a volantear, se anuncia por radio, por teléfono, caminando o en bici que en la escuela se proyecta un largometraje, precedido por el corto realizado por los chicos del taller. En la foto: presentación de Ausente, en Perito Moreno.

Ausente / Perito Moreno, Santa Cruz


Terror en Perito Moreno

Ya desde un primer momento las chicas y chicos tenían en claro que querían hacer una película de terror. El desafío era no caer en los lugares comunes del género, construir entre todos algo propio, convocar a los fantasmas cercanos. Formamos una ronda y de espaldas a los compañeros, con los ojos cerrados cada una intentó visualizar una imagen terrorífica ambientada en algún paisaje local. No tardaron en aparecer cadáveres flotando en el lago artificial, gente ahorcada, los cuerpos de unas chicas violadas y todo tipo de horrores. Escribimos en el pizarrón las imágenes sueltas y de a poco se fue articulando una historia. Poty, decidida, se ganó el papel principal. Nacho, el único varón del grupo, optó por la cámara, junto a Betiana. A través de una de las chicas se gestionó un lugar para filmar, el antiguo casino de oficiales de la gendarmería. Durante el segundo y tercer día se grabó todo, como siempre repartiéndose los roles. Hubo un trabajo de vestuario y maquillaje importante. Ya en la última jornada, pudimos armar dos grupos. Mientras unos decidían el montaje junto al editor Diego Panich, otros grababan las tomas finales. Todos nos juntamos en el aula para el corte final. De manera que los chicos pudieron apreciar todo el proceso de trabajo y tomar decisiones sutiles: que un sonido se anticipe a una imagen, que toda una secuencia se vea en blanco y negro, superponer tomas, incorporar efectos sonoros. Fue un trabajo muy intenso, entre mates, los ojos hechizados por la tarea.