viernes, 7 de marzo de 2008

miércoles, 5 de marzo de 2008

14 de junio / Río Turbio


Producción: Melisa Sales, Santiago Velardes, Ivan Arancibia, Adamna Mazu, Diamela Matus, Emanuela Mendoza / Director de arte: Daniel Zuliani / Actores: Francisco Roldán (Juan), Adriana Urzagasti (esposa), Emanuel Copa (hijo), Gozalo Espejo (amigo de Juan), Osi (perro Tonel), Kevin Arancibia (Juan en su niñez), Diamela Matus (la viuda negra) / Guón técnico: Adamna Mazu, Claudia Vega, Belén Oyarzun, Diamela Matus, Inés Barrios / Edición del texto voz en off: Ursula Rubinich, Verónica Arhex, Martín Soria, Melisa Sales, Federico Robleado, José Leone / Integrantes: Cortez E., Lobos B, Lodi S, Molina L, Burgos M, Perea M, Vega C, Rubinich U. Espejo G, Mazu A, Maraz F, Oyarzun B, Arhex V, Schweizer C, Zuliani D, Brizuela F, Zarzuri N, Barrios I, Quiles R, Sales M, Banda C, Cabrera M, Leone J, Fernandez J, Copa E, Farìas J, Arancibia K, Arancibia I, Apaza R, Soria M, Danich A, Mendoza E, Velarde S, Vazquez D, Muñoz F, Mercado J, Robledo F, Matus P / Tallerista: Diego Posadas / Montaje: Diego Panich / Con la colaboración de Claudia Prado

La tragedia del 14 de junio de 2004 en la que murieron 14 trabajadores mineros es una marca profunda en la vida de todos los habitantes de Río Turbio, Santa Cruz. Las chicas y chicos que vinieron al taller tomaron la decisión de hablar a través del cortometraje de esa fecha dolorosa. ¿Qué palabras, qué imágenes, qué sonidos para encarar ese dolor? ¿Tres días pueden ser suficientes para construir un relato de ficción? Empezamos visualizando cortos de otros viajes. Minuciosamente, plano por plano. Luego, la escritura individual de haikus, como punto de partida para la elaboración de un trabajo grupal, produjo más de 50 poemas breves. Piezas sueltas que fueron ensamblándose en un relato colectivo. Aquí, algunos :

La viuda negra /Un derrumbe en la mina /anunciaba ella

Se aproxima la hora de trabajar / con sus cascos y picotas / escuchan a Tonel ladrar.

Una montaña / llena de nieve / una avalancha

14 mineros / el derrumbe de su mina / 14 sueños sin vida.

El minero / corre por el derrumbe / en la salida de la mina.

Cielo triste / escondites se buscan / el gigante se alimenta.

La construcción del guión fue un trabajo muy arduo. Santiago, uno de los chicos, planteó su disconformidad con el tono que la mayoría parecía querer imprimirle a la historia. Dijo que a Río Turbio se lo asocia sólo con la muerte y no con la vida y que, como jóven, a él le gustaría transmitir un mensaje diferente. Su intervención generó una discusión muy interesante, que ayudó al grupo a madurar la historia y a sintetizar. Sin eludir la tragedia, se decidió poner énfasis en la cotidianeidad de la vida de un trabajador, acercar al espectador a su intimidad.

Al día siguiente, una alumna trajo un relato de su tío Mario, sobreviviente del 14 de junio, que describe desde adentro las sensaciones de haber vivido aquella tragedia, en la que perdió a su hermano. Un grupo se dedicó a trabajar sobre ese texto, con la colaboración de la poeta Claudia Prado. La síntesis de ese relato se incluyó como una carta escrita por el protagonista. Los chicos que querían que ese personaje fuera interpretado por un adulto. Francisco y Adriana, docentes, Manuel y Gonzalo, participantes del taller, aceptaron actuar a pedido de los realizadores del corto. Al terminar el segundo día ya había varias escenas grabadas, algunas se registraron por la noche en el Museo Minero.

A las 5 de la mañana del tercer día, un grupo de ocho jóvenes y docentes nos juntamos para grabar las escenas del amanecer, que es cuando el colectivo lleva a los mineros a su trabajo. Fue en ese momento que la M7, cámara asignada a este proyecto dejó de funcionar (definitivamente). Fuimos a un hospedaje, a despertar a Marcelo, otro integrante del equipo, que nos entregó la cámara digital que traía, y seguimos grabando.

Durante la mañana, mientras un grupo grababa las escenas faltantes, otro editaba con Diego Panich. El montaje siguió hasta último momento. Se terminó en el mismo lugar en donde se hizo la muestra, en el centro cultural de Río Turbio, y con el público esperando afuera. Adamna y Diamela, guión en mano, se quedaron trabajando con Diego mientras el resto del grupo presenciaba los trabajos de los otros talleres.

El corto se proyectó dos veces, en un clima de mucho respeto y emoción. Para muchos fue dificil decir algo despues de verlo.

















Parte del equipo de videastas, tras el estreno.

martes, 26 de febrero de 2008

La escuela convertida en Cine













Por la tarde, en grupos, se sale a volantear, se anuncia por radio, por teléfono, caminando o en bici que en la escuela se proyecta un largometraje, precedido por el corto realizado por los chicos del taller. En la foto: presentación de Ausente, en Perito Moreno.

Ausente / Perito Moreno, Santa Cruz


Terror en Perito Moreno

Ya desde un primer momento las chicas y chicos tenían en claro que querían hacer una película de terror. El desafío era no caer en los lugares comunes del género, construir entre todos algo propio, convocar a los fantasmas cercanos. Formamos una ronda y de espaldas a los compañeros, con los ojos cerrados cada una intentó visualizar una imagen terrorífica ambientada en algún paisaje local. No tardaron en aparecer cadáveres flotando en el lago artificial, gente ahorcada, los cuerpos de unas chicas violadas y todo tipo de horrores. Escribimos en el pizarrón las imágenes sueltas y de a poco se fue articulando una historia. Poty, decidida, se ganó el papel principal. Nacho, el único varón del grupo, optó por la cámara, junto a Betiana. A través de una de las chicas se gestionó un lugar para filmar, el antiguo casino de oficiales de la gendarmería. Durante el segundo y tercer día se grabó todo, como siempre repartiéndose los roles. Hubo un trabajo de vestuario y maquillaje importante. Ya en la última jornada, pudimos armar dos grupos. Mientras unos decidían el montaje junto al editor Diego Panich, otros grababan las tomas finales. Todos nos juntamos en el aula para el corte final. De manera que los chicos pudieron apreciar todo el proceso de trabajo y tomar decisiones sutiles: que un sonido se anticipe a una imagen, que toda una secuencia se vea en blanco y negro, superponer tomas, incorporar efectos sonoros. Fue un trabajo muy intenso, entre mates, los ojos hechizados por la tarea.